Los Dispositivos Electrónicos de Inmovilización Momentánea (DEIM), también conocidos como Taser, representan una herramienta intermedia crucial entre el bastón/gas pimienta/manos y el arma de fuego. Estos dispositivos permiten, a través de una inmovilización neuro-muscular (generando de 20 a 44 contracciones musculares por segundo), inmovilizar momentáneamente a una persona por 5 segundos, tiempo suficiente para que el oficial de seguridad pueda controlarla. Han demostrado un uso eficiente en más de 100 países, salvando así más de 275,000 vidas gracias a su uso en procedimientos policiales. Según la Policía de Ontario, Canadá, el 93% de los agresores se rindieron al ver el Taser, mientras que la Policía de Finlandia indicó que el 88% de las agresiones se desescalaron al mostrar el láser del dispositivo.
En Chile, las Fuerzas de Orden y Seguridad utilizan armas letales y menos letales, como armas de fuego y bastones retráctiles, lo que solo permite dos escalones en el uso progresivo de la fuerza: la actuación mediante técnicas de comunicación, indicando una advertencia verbal, y luego la utilización de fuerza potencialmente letal. Esto solo permite un escalón para intentar desescalar una situación violenta antes de tener que disparar el arma de fuego o golpear con el bastón, según corresponda. Por esto, es clave en armas inteligentes que permitan ofrecer más y diferentes escalones para el uso progresivo de la fuerza, aumentando la probabilidad de desescalar una situación violenta sin necesidad de usar la fuerza.
TASER permite cuatro diferentes escalones para el uso progresivo de la fuerza, posterior a la advertencia verbal: desenfundar el TASER, quitar el seguro (láser doble), arco de advertencia, y disparo a distancia. Estos diversos pasos progresivos para evitar interacciones de mayor gravedad han permitido en diversos países lograr evitar disparar una arma de inmovilización neuromuscular, utilizando solo estos escalones disuasivos. En el Reino Unido, el 81% de las agresiones se redujeron al mostrar el arco de advertencia. En 15 años de estadística de uso de los dispositivos Taser en 42 fuerzas policiales distintas en el Reino Unido, se demostró que solo el 17.8% de las veces que se desenfundó una Taser, se terminó disparando. Es decir, el 82.2% de las interacciones violentas se logran desescalar utilizando estos escalones de uso progresivo de la fuerza, sin necesidad de disparar, transformándose en la herramienta más segura para la protección tanto del funcionario policial como del ciudadano.
Asimismo, esta herramienta intermedia de uso de fuerza permite adaptarse a los distintos tipos de procedimientos y realidades policiales, protegiendo la seguridad del funcionario sin tener que necesariamente exponerlo a una distancia y/o enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Esta herramienta permite ser utilizada desde 0 metros de distancia, pero también puede hacerlo desde una distancia de protección para la seguridad del funcionario policial, la cual es de al menos 7 metros, según la experiencia internacional y basado en la regla de Tueller. Este principio establece que un individuo armado con un cuchillo puede alcanzar y herir a un agente de seguridad en una distancia de hasta 6.4 metros en aproximadamente 1.5 segundos, lo que implica que el agente puede no tener suficiente tiempo para reaccionar y desenfundar su arma de fuego.
Es importante que el uso de armas inteligentes para asegurar su buen uso cuente con un respaldo de información seguro y no manipulable. Por ejemplo, en el caso de armas de inmovilización neuromusculares, como las Taser, cuentan con una memoria interna que registra todo el accionar que se realice con el dispositivo (activación/desactivación del seguro, accionamiento del disparador, etc.), bajo su número de serie y versión de firmware. Así como también, con la capacidad de autorregular, medir y dejar registros del voltaje y carga eléctrica desempeñado por el dispositivo aproximadamente 20 veces por segundo, para asegurar, respaldar y demostrar el correcto desempeño del equipo. En el caso de las Taser, pueden activar automáticamente las cámaras corporales de los funcionarios de seguridad para asegurar que siempre haya grabación que muestre el contexto de la razón del uso de la Taser, así como su correcto cumplimiento de protocolo durante y posterior al uso.
Finalmente, es importante destacar que el uso de las armas inteligentes de inmovilización neuromuscular se utilizan en más de 17,500 fuerzas de seguridad de más 106 países, entre ellos: Canadá, EE.UU, España, Reino Unido, Holanda, Francia, Suiza, Italia, el Vaticano, Australia, Nueva Zelanda, México, Colombia, Brasil, Paraguay, y recientemente también anunciadas por el Gobierno Argentino, entre otros países.